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La memoria del Holocausto y su impacto en la actual generación Rom

Autores: Brunnthaler, Julia

                Jovanovic, Vanessa

                Micatovich, Matteo

Genocidio de los sinti y los romaníes durante el período de la NS

Según los llamados higienistas raciales del siglo XX, los Sintis y Romaníes eran una "raza" "culturalmente pobre, primitiva y ahistórica que "penetra criminalmente en el cuerpo sano del pueblo". Argumentos como estos fueron usados para justificar las terribles atrocidades que costaron la vida de unos 500.000 Sintis y Romaníes durante la era Nazi. Ya en 1876 Cesare Lombroso escribió sobre la predisposición genética de los Sintis y Romaníes a cometer actos delictivos para justificar su persecución y asesinato para la "lucha preventiva contra la delincuencia". La documentación del número de víctimas no se equipara al rigor con el que sean investigado a otros grupos perseguidos.

Sin embargo el decreto de Auschwitz de 1942 documenta la deportación así como el exterminio planificado y sistemático de los Sintis y Romaníes. Más de 20.000 Sintis y Romaníes fueron encarcelados en 32 cuarteles de madera en Auschwitz, cada uno con 600 personas. Estaban marcados con triángulos marrones o negros en su ropa, una Z, que significa “Zigeuner” (Roma en alemán, un término despectivo), estaba tatuada en sus antebrazos con el número de prisionero. Auschwitz, como el "campo romaní", tenía la mayor tasa de mortalidad. 19.300 personas murieron, 5.600 de ellas fueron gaseadas, 13.700 murieron de hambre, por enfermedades, epidemias o experimentos.

 Incluso después de la guerra, los prejuicios y la discriminación contra los Sintis y Romaníes continuaron con poco interés público en su destino durante el Holocausto. Solo en la década de 1970 las organizaciones sinti y romaníes lograron establecer una conciencia de la injusticia cometida contra los Sinti y Romaníes en la población. No obstante, solo una pequeña minoría de los Sintis y Romanís alemanes y austríacos supervivientes logró hacer valer su reclamación de "pagos de reparación". Hasta 1963, la deportación de los Sinti y los Romaníes no fue interpretada por el Tribunal Federal de Justicia como un delito racista sino como una "lucha preventiva contra la delincuencia". Incluso en la RDA, la Policía del Pueblo, los "archivos personales Romanís" creados por los nazis, siguieron funcionando.

Hasta el día de hoy, el destino de los Sintis y Romaníes durante el siglo XX permanece en un segundo plano, siendo escasamente documentados por los nazis, ya sea como “los otros” o de ningún modo, de igual manera hoy en día se les presta poca atención. Son víctimas de segunda clase.

"¡Baja, Roma!" La heroica historia de Johann “Rukeli” Trollmann

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Solo un loco como él podía hacer algo así, bailar sobre el ring con movimientos tradicionales de su pueblo. Se necesita libertad de espíritu y coraje para dejar callado el régimen nazi. Esta es la historia de Johann Trollmann.

Nació el 27 de diciembre de 1907 en Hannover, en una familia compuesta por 8 hermanos. Conocido popularmente como "Rukeli", que en el idioma Sinti significa "Árbol", por su pelo rizado y por su habilidad para mantenerse siempre fuerte y erguido. Johann empezó en el boxeo con 8 años en una escuela comunal, y ya se veía que tenía talento. Se hizo miembro de la BC Héroes de Hannover en 1922, conquistando muchos campeonatos regionales y obteniendo el título de campeonatos de la Alemania del Norte.

Fue desde aquí que empezaron muchos problemas para Johann Rukeli: en 1928 la exclusión de las selecciones a Los Juegos Olímpicos y la difamación de  los periodistas, fueron hechos que no detuvieron su sueño de convertirse en un profesional.

Despectivamente, los periodistas lo llamaban Gipsy, y él no tuvo miedo de apropiarse de esta seña distintiva durante toda su carrera deportiva.

Respetado y amado sobre todo por el público femenino, Rukeli ganó 13 peleas consecutivas hasta que comenzó su persecución, se le quitó el título de los pesos semipesados y en este momento empezó a pelear en encuentros clandestinos para sobrevivir hasta que un día, en el campo de trabajo de Wittenberge a donde fue deportado, fue reconocido en 1944 por un ex-Boxeador alemán y kapó, Emil Cornelius, que le desafió y perdió contra él. Por venganza, el 31 de Marzo  del mismo año, Cornelius mató a Johann.

Johann representa un símbolo importante para la identidad del Pueblo Romaní a consecuencia de las persecuciones que sufrió en el mundo del boxeo alemán y que por eso debería ser reconocido como "el hombre que ridiculizó al Tercer Reich". En 2003 la Federación alemana de Boxeo devolvió a Trollman el título de campeón semi-pesado. Se estableció una placa conmemorativa (Berlin, Kreuzberg) y un monumento  en 2010 en el Parque Viktoria en Berlín.

Rita Trollman

En 1935 Rukeli se casó. Como fruto de este matrimonio nació Rita, la cual ha sido muy activa en el reconocimiento de la vida de su padre. Cuando Rukeli anuló el matrimonio con Olga (siendo ella alemana) la familia se destruyó por miedo de las represalias que pudieran surgir y huyó de la SS, dejando a Rita de solo 3 años sin padre. Fue la última vez que lo vio. La madre se casó otra vez y nunca habló de su padre.

En 2011 durante la investigación para el documental "Gipsy - La historia del boxeador Johann Rukeli Trollmann", contactaron con ella. Desde ese momento trabaja para mantener vivo el recuerdo de su padre en discursos conmemorativos y trabajos de memoria dando voz a los testigos de los hechos, eventos de cine y lecturas en eventos conmemorativos. En una entrevista declara: "Haré cualquier cosa por papá”.

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Traumas transgeneracionales

El trauma transgeneracional es la transmisión de experiencias traumáticas a la siguiente generación. El trauma se define como un fuerte trastorno emocional que sigue siendo efectivo en el subconsciente durante mucho tiempo. La forma en que la gente se enfrenta al trauma, como lo manejan y lo transmiten a la siguiente generación es de gran importancia.

La forma de hacer frente a una situación difícil y desafiante, que es de lo que se trata una experiencia traumática, se le llama "afrontamiento". Si una persona se enfrenta a sus experiencias traumáticas con la represión, esto puede pasar a la siguiente generación.

Las personas de segunda generación se sienten "de alguna manera extrañas" o vacías, sufren de ansiedad o estados de ánimo depresivos, insomnio o falta de energía, inexplicables dolencias físicas, problemas con el alcohol o las drogas y mucho más. Es importante hablar de las experiencias traumáticas en la familia o buscar ayuda terapéutica. Solo de esta manera las heridas heredadas pueden ser trabajadas y curadas. Estos pasos son esenciales para salvar a la próxima generación del sufrimiento de las consecuencias de los traumas heredados.

El silencio, la represión y el fracaso en procesar las experiencias traumáticas de los sobrevivientes del Holocausto pueden tener consecuencias drásticas para la próxima generación. Los descendientes de los sobrevivientes del Holocausto sufren ciertos síntomas psicológicos diagnosticados clínicamente relacionados con la traumatización de los padres en el Holocausto. Según estudios clínicos, algunos descendientes han sido diagnosticados con síntomas psicológicos. Las investigaciones demuestran que el 15% de los niños de las víctimas del Holocausto están afectados por el "síndrome de segunda generación". Esto es responsable de una variedad de quejas psicológicas debido a la predisposición:

- Aumento del riesgo de trastornos de la personalidad de diversos tipos

- Múltiples deficiencias en el comportamiento profesional, social y emocional

- La vida en constante tensión

La exclusión y el trauma colectivo del nacionalsocialismo siguen caracterizando a la gente hoy en día. Los Romaníes y los Sinti siguen siendo marginados, estigmatizados y desfavorecidos institucionalmente debido a su origen étnico.

En mi entorno, muchas personas de la comunidad Romaní y Sinti me hablan de un sentido del deber hacia sus padres, abuelos y también hacia ellos mismos de ser políticamente activos. Pero no es solo responsabilidad de los descendientes de romaníes y sinti tratar los traumas de sus abuelos/padres a través de la terapia, el activismo y el trabajo político, la sociedad mayoritaria de la época fue responsable de estos terribles hechos. 500 mil romaníes y sinti fueron sistemáticamente humillados, perseguidos y asesinados a manos del régimen nazi. Ya es hora de que la sociedad de la mayoría blanca hoy en día reconozca que el Holocausto todavía tiene un impacto negativo en la generación actual.

Siempre decimos que la historia y los crueles acontecimientos del pasado deben mostrarnos el camino a seguir. Hay quien recuerda, pero hay todavía muchos que no saben, o lo que es peor, se olvidan de hechos tan claros como el agua.

La lucha contra la negación, el odio y la omisión nunca se termina. Es un fuego vivo que arde y nuestro objetivo es asegurarnos que nunca se apague. ¿Por qué es importante para nosotros contar las historias? La respuesta es simple: ofrecer vida. Vida a los que demasiado temprano han perdido la vida y a los que después de nosotros vivirán sin el miedo o la vergüenza de ser lo que son.

Conclusión

Siempre decimos que la historia y los crueles acontecimientos de el pasado deben mostrarnos el camino a seguir. Hay quien recuerda pero hay todavía muchos que no saben, o que peor se olviden no obstante los factores claros como el sol. La lucha contra la negación el odio y la omisión nunca se termina. Es un fuego vivo que arde y nuestro objetivo es asegurarnos que nunca se apaga. ¿Por qué es importante para nosotros la cuenta de historias? La respuesta es fácil: ofrecer vida. Vida a lo quien demasiado temprano la perdió y a lo quien después de nosotros crecerán sin el miedo o la vergüenza de ser lo que es.

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